Al planear la próximas vacaciones, es difícil decidir entre los dos grandes destinos turísticos de México: Los Cabos y Cancún.
Todos los mexicanos sabemos que Cancún suele ser un destino más popular entre nuestros compatriotas que buscan una escapada de relax en las increíbles playas de México. No obstante, esto no quiere decir que Cancún es el mejor destino en la playa que México tiene que ofrecer. Simplemente es el más famoso.
¿Por qué Cancún es más famoso que Los Cabos?
Adornado por las aguas del brillante mar azul turquesa y la suavidad de la arena blanca de coral, Cancún es el protagonista de la mercadotecnia y propaganda turística que circula en nuestro país y en el extranjero. La zona del caribe México y la Riviera Maya; con sus selvas, su fauna y sus misteriosos cenotes, han resultado ser una verdadera mina de oro para todos los que lucran con la naturaleza de la zona.
Para atraer a los turistas, sobre todo internacionales, en Cancún se ha desarrollado una gran infraestructura de entretenimiento diseñada especialmente para las mentes banales de todos aquellos que lo visitan buscando días de descanso bajo el sol y noches de interminables fiestas. Es por esto, que la zona hotelera de Cancún esta repleta de discotecas, casinos, bares, antros y restaurantes «agringados» que venden una falsa idea del auténtico sabor y cultura mexicano.
Caminar por la «zona fiestera» del Bulevar Kukulcán es casi triste y nostálgico al reflexionar sobre la gran riqueza natural sobre la que se construyó tanta superficialidad.
No obstante, es evidente que en Cancún los tesoros naturales de la zona no son más que herramientas para atrapar a los turistas y cobrar precios exorbitantes por disfrutar de las aventuras ecoturísticas de la región. Este es el caso de todos los parques pseudo ecológicos del grupo Xcaret, que bajo una bella máscara bien elaborada de originalidad y responsabilidad, explotan la flora y fauna de la zona para lucrar sin escrupulosos ni el más mínimo sentido de sustentabilidad.
La experiencia en Cancún esta bien fabricada. Primero está la sensación de lujo, dinero y superficialidad de los exclusivos hoteles exorbitantemente caros: las 1o albercas, los 5 restaurantes con buffet, el bar con barra libre, el relajante spa, el millar de empleados al servicio de tu comodidad. Esta experiencia esta diseñada para los turistas extranjeros adinerados, los pocos mexicanos millonarios y especialmente para los turistas de clase media que pagan por el alojamiento tras encontrar la ganga de la promoción y que aún así al arribar, se sienten parte de una importante élite adinerada.
Después, está la experiencia de la noches en Cancún. La noches sin reglas, cuando todo es posible y donde la línea entre lo moral y lo inmoral se torna un tanto borrosa. Esas noches en la que la mayoría se regocijan en perder la conciencia, la consciencia y hasta la dignidad. Noches de derroche y de despilfarrar.
Para la mayoría, el ciclo vicioso entre destruirse en la noche y tirarse a ser inútil en el día se vuelve una triste realidad. Pero para unos pocos, si aún tienen tiempo y energía, queda la cereza del teatro de experiencia que es visitar el paradisíaco destino de Cancún: el Disneylandia Maya. Se trata de la falsa experiencia del ecoturismo por la que algunos pagan cantidades absurdas de dinero. Son parques de diversiones con un falso mensaje de responsabilidad y sustentabilidad que explotan la flora y fauna de la zona para entretener al turista nacional e internacional.
Y es por toda esta experiencia: el hotel extra caro con 90% de descuento para que todos lo puedan pagar, la fiesta del año todas las noches del año y la ficticia aventura entre la naturaleza y el mar; bien empacada en un bonito paquete de lujo, promociones y promesas de fingida autencidad que Cancún es una joya de la mercadotecnia para el turismo nacional e internacional. Cancún es más famoso porque nos vende una experiencia de descanso, escape y simplicidad; que resulta bastante atractiva si caemos en el error de no reflexionar.
Por eso, cuando visites la Riviera Maya y El Caribe mexicano piensa y se consciente de esta realidad. Diseña tu viaje para tu intelecto, tu sentido de aventura y tu deseo de explorar. No caigas en los miles de «tourist traps» que tristemente Cancún tiene que ofrecer.
Escoge las aventuras más auténticas, más sustentables y más responsables. Trata de evitar visitar solamente el Bulevar Kukulcán. Explora. Visitar Playa del Carmen, el pueblo mágico de Tulum. Nada en los cenotes, no solo en los más famosos y más explotados, sumérgete en lo más virgen del inframundo Maya. Como local. Hospedaje local. Aprende de la cultura y de lo natural. Trata de pasar los días consciente y despierto, de lo contrario te arrepentirás.
No todo Cancún, y definitivamente no todo Quintana Roo; es caro, falso y superficial. Tu viaje depende de ti. Tienes que saber elegir, buscar y planear.
¿Es mejor viajar a Los Cabos que a Cancún?
No es mejor, es diferente. Como Cancún, Los Cabos también ha sido invadido (aunque en menor grado) por la influencia de la superficialidad extranjera, el «agringamiento» y la avaricia local e internacional. Sin embargo, este fenómeno se observa en mucho menor nivel en Los Cabos que en Cancún.
Los Cabos, es una importante destino popular en el extremo sur de la península de Baja California. Es una ubicación adornada por la inmensidad del imponente desierto mexicano y su flora áspera pero elegante. Aunque el ecosistema en la superficie parece poco vibrante, en las profundidades del mar el asunto es completamente diferente. Hogar del Parque Nacional Cabo Pulmo (un parque nacional bajo del mar), la zona es una de las más biodiversas en el mundo.
Los Cabos es hermoso fuera y dentro del mar. La idea del desierto podría parecer aburrida, pero verlo contratar con el azul intenso del mar es de las vistas panorámicas más hermosas de México.
Similar a la historia en Cancún, la zona de San Jose del Cabo y Cabo San Lucas (las dos población más importantes en Los Cabos) es una meca para los turistas adinerados de los países norteamericanos. Situado a unas horas de Hollywood, este destino es conocido por albergar las casas de verano de importantes celebridades americanas.
No te dejes engañar, en Los Cabos abunda el lujo y el dinero. Aquí no hay promociones, no hay descuentos, no hay paquetes ultra caros que en realidad resultan baratos. Lo que es caro en Los Cabos, es caro. Sin embargo, no todo es inalcanzablemente costoso como muchos mexicanos creen. Empezando por los vuelos. Por ejemplo, pese a la creencia común, es totalmente factible encontrar una boleto de avión a Los Cabos en un precio similar que un boleto a Cancún. Es totalmente posible encontrar un hotel a un precio decente y comer delicioso sin despilfarrar.
Como en Cancún, solo hay que ser inteligentes, pensar y saber planear.
Los Cabos no es mejor que Cancún, pero es diferente. Dede mi punto de vista, la experiencia en Cancún esta mucho más prefabricada. Es como si el mismo paquete con el hotel caro (que es barato), la noches de perdición y la «fake nature» fuera para mí, para ti y para todos. Si no tienes cuidad, en Cancún es fácil quedar atrapado en el mismo plan con todos los turistas de Cancún.
Desde mi perspectiva, tu destino en Los Cabos es más fácil de moldear. El destino es famoso y popular, pero no esta tan bien construido; esto quiere decir que tú lo puedes construir. Ambos destinos son hermosos, ambos son emocionantes y ambos son super auténticos en la medida en que tú lo busques y lo permitas. Simplemente en Los Cabos hace falta esforzarse menos para tener una experiencia fresca, natural y genuina.
Moraleja, no viajes por viajar. No viajes ciego. No viajes guiado por la mercadotecnia y la publicidad. Como en todos los aspectos de la vida, para viajar hace falta estar atento, hace falta reflexionar y hace falta pensar. Para disfrutar Cancún o Los Cabos al máximo a un precio justo hace falta que conozcas tus intereses, que mantengas el control y que no te dejes guiar. Viajar más, más auténtico y más natural esta en tus manos.
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